martes, 16 de abril de 2013

Cubocepción alterntiva

Capítulo 3: Bien, ¿y ahora qué hacemos?

Aunque Root fuese escribiendo a bolígrafo su futuro a través de Cube, se dio cuenta de que su pasado se había tapado con Tipp-ex. No recordaba qué pasó. Cuando Gustav le informó de su situación, le contó el porqué de su “agradable” estancia en prisión, sin embargo, no mencionó nada antes de “Te encerraron aquí porque robaste víveres a los Altos”. No se acordaba de nada, ni de su familia, ni del resto de su vida. Estaba muy intrigado, como cualquiera que tuviese amnesia. Gustav estaba muy callado, no soltaba prenda de nada. Ahora mismo estaban descansando en una calle de la Baja Ciudad. Era mejor que no llamasen mucho la atención porque la gente de la Baja Ciudad aún conserva ciertas trazas del lavado de cerebro. Empezaron a caminar, para disimular un poco. Estaban caminando hacia la iglesia, uno de los sitios más favorecidos, como siempre. La Iglesia en esta época no tenía tanta importancia como en el año 2013, pero sin embargo, seguía siendo una “economijuela”. Por eso mismo, después del terremoto de hace unos días, sin duda habrían recompensado a la Iglesia por su “duro” trabajo con un impresionante generador que iban a coger prestado. Quedaba bastante camino. Root, ante semejantes dudas, empezó a preguntarle a Gustav sobre su pasado, pero no recibía ni una sola respuesta. Gustav no hablaba, no ignoraba sus preguntas, pero tampoco devolvía una respuesta. La gente de aquí suele conocer su pasado, aunque sea un falso pasado, es pasado al fin y al cabo. Estaban llegando a la plaza Pavlik Petrov, obviamente un gobierno que maneje todo Cube se merece la típica estatua de oro macizo, que multiplicó exponencialmente su valor tras el Cataclismo, por la dificultad de obtener el mismo. Ni juntando todos los sueldos del Pueblo Bajo y del Pueblo Alto se podría llegar a la mitad del valor de aquella majestuosa estatua, decorada con diamantes y esmeraldas. Al pie de la estatua había una inscripción que decía: (Pronto ilustraré un poco el libro).

Siguieron caminando, pasaban el Palacio Real, donde estaba el rey Felipe 60. Seguía siendo un edificio de cierta majestuosidad, pero no tanta como la del Gobierno porque claro, estafando tanto dinero... ¿cómo no iba a tener recursos para hacerse esa fortaleza?. Desde allí también controlaban las farolas, los semáforos no porque no había coches ya que estaba totalmente prohibido por el afán del Gobierno de controlar todo, así no tendrían una vía rápida de escape. Root, que estaba ya con los pies doloridos, le preguntó que adónde iban.

Gustav se puso pálido. Pálido como la madera de haya así, de repente, dijo:

-PARA.

Root, extrañado por la contestación, se quedó quieto y miró a Gustav.

-Sígueme, rápido

Parecía mentira, ya estaba corriendo otra vez. Corriendo detrás de un hombre de lo que únicamente conocía era el nombre. Gustav iba rápido y de vez en cuando miraba para atrás... como si estuviera escapando de alguien. Yo no veía a nadie, o al menos nadie raro.

-¿Ves esos dos hombres de gabardina? Distráelos. Nos vemos en Pickaxe Plaza

-Pe-pero... ¿dónde está eso?

Antes de que Root pudiera decir nada, Gustav ya había desaparecido. Root empezó a correr como si no hubiera un mañana. No sabía nada, ni quiénes eran esos hombres, ni dónde estaba Pickaxe Plaza. Corría corría y corría, pero sin rumbo fijo. Pasó por distintas calles, gentes distintas, que se movían borrosamente por el acuoso reflejo de los ojos de Root. Unos ojos asustados, cuyo dueño creía que ya no verían nada más. Sentía miedo, curiosidad y nerviosismo a la vez. Miedo por el temor de que lo cazaran. Curiosidad por desentrañar los misterios de Cube. Nerviosismo por lo agitado que estaba. Antes de que se diera cuenta, se metió a un pequeño callejón, no tenía salida. La fría cara del hombre que lo perseguía se acercaba, con sus maliciosos ojos mirándole fijamente. Su grotesca nariz no encajaba con el resto de la cara. Su boca sonreía, pero no de felicidad, sino de venganza.

-Aquel hombre parecía haber matado antes -Pensó Root

Estaba claro. Aquel era su fin. Su cabeza empezó a funcionar como nunca antes lo había hecho. Pensó rápido. Una de las 3 paredes del callejón era mucho más baja. De un impulso, Root, tan ágil como era, saltó hacia una de las paredes, se colgó de uno de los postes, del que colgaba un cartel de Pavlik Petrov, que rezaba:

-¡No olvides de hacer 5 comidas al día! ¡O morirás entre terrible sufrimiento!

Después de balancearse, dió un gran salto hacia la pared baja, con la mala suerte de que se hizo una pequeña herida en la mejilla, y aterrizó en un pequeño jardincito de una casa. El otro hombre, al ver que no podía llegar, desistió y se fue. Root entró a la casa por la pequeña ventana. No había nadie. Tan curioso como se sentía, husmeó un poco por la casa. Veía muy diferentes las casas a las que él conocía. Cayó en la cuenta de que estaba en el año 3159. Habían pasado, exactamente, 1145 años desde el apocalipsis, el 21 de diciembre de 2012. Seguramente lo habrían congelado en una de esas cámaras criogénicas, de esas que aparecían en su videojuego favorito, Portal 2. Se dirigió a lo que suponía que era la cocina. Había dos grifos en el fregadero, uno como los "normales" y otro muy extraño, de color grisáceo y muy grueso. Probó a abrirlo. Salió un fluido del mismo color que aquel grifo. Cerró el grifo y se quedó observando aquel líquido grisáceo. Pero, de alguna manera sabía que era comestible. Además llevaba ya un tiempo sin probar bocado, pasó suavemente el dedo, sólo cogió una gotita. Estaba ya rozando la pequeña gota su boca cuando oyó a una mujer gritar.

-NO TE LO BEBAS - dijo rápidamente.

Root apartó el dedo rápidamente. Se dió la vuelta y vio a una bella mujer en las escaleras.

- Menos mal que no lo has probado. Si tienes hambre, ve a la nevera. Buena hazaña la que has realizado, he visto cómo escapabas en la tele.

Root empezaba a desconfiar de aquella mujer. Que sí, que le había ofrecido comida y un consejo, pero veía extraño tanta hospitalidad.

-No tengas miedo de mí. Se te nota a la legua que estás asustado.

No le extrañaba que estuviera asustado. Acababa de escapar de dos extraños y entrar en una casa ajena, y lo peor es que lo habían pillado in fraganti.

- ¡¿Qui-quién eres?! - Dijo Root, tartamudeando.

- Oh, perdón por no haberme presentado. Soy Leila, una rebelde que lleva esperando un cambio mucho tiempo. Al parecer nuestro amigo Gustav lo consiguió, ¿No? Ya me avisó de que había conseguido sacarte de ese infierno. Y bueno, ¿qué tal si pasas aquí la noche? No te preocupes por Gustav, él sabrá arreglárselas solo. Sígueme, te daré cobijo y ropa para cambiarte.

Root empezaba a confiar en Leila. Ya era de noche y le convenía descansar. Se fue al piso de arriba contento, pensando que por fin conseguía que las cosas se calmaran un poco.


martes, 19 de febrero de 2013

El curso pasado, alumnos de Secundaria del C.P.I. "Virxe da Cela" en Monfero, se dirigieron a la RAE con el fin de que se suprimieran las entradas preyorativas relativas que aparecen en su diccionario y que se refieren a las personas que viven en el medio rural. En la siguiente presentación mostramos lo que hemos visto.
Una vez hecho este trabajo, solicitamos la colaboración de los ayuntamientos de Irixoa, Monfero y Vilarmaior para que nos apoyaran en nuestra solicitud a la R.A.E. En un principio dábamos por hecho que al menos, tendríamos una respuesta de Institución que "pule, fija y da esplendor a la lengua"... ¿Qué sucedió?... pues que los tres ayuntamientos nos apoyaron, hicieron suya esta petición... y recibieron una respuesta... NOSTROS TODAVÍA LA ESTAMOS ESPERANDO. Sólo sabemos lo que nuestros representantes municipales nos han dicho... que en la próxima edición del diccionario desaparecerá la segunda acepción de la palabra rural, tal y como les respondió el presidente de la R.A.E. D. Darío Villanueva.




jueves, 14 de febrero de 2013

Cubocepción alternativa

...Y "Anónimo" sigue publicando... Aquí tenéis el segundo capítulo para que comentéis... Su autor os lo agradecerá...

Capítulo 2: Confesiones

Gustav empezó a mirarme. Yo le miré también. Empezamos una lenta conversación cuando tuvimos un mínimo de tranquilidad. Yo estaba impaciente, aunque no lo pareciera. En esta conversación podría revelarse información que probablemente me ayudaría en mi huida de Cube.  Él, sin embargo, estaba muy relajado. Demasiado relajado quizás, teniendo en cuenta que ahora estábamos siendo buscados por casi todos los Agentes de Cube. Empezamos a hablar.

-Tengo muchas cosas que explicarte - dijo Gustav.

-Yo también necesito respuestas. - Dije.

-Antes de nada, tengo que decirte que, como seguramente pensabas, no soy un Agente. Soy un rebelde que fue encerrado en prisión hace ya mucho tiempo, y después de ultimar mi plan, escapé, por el mismo sitio que ahora. Me acerqué a un agente y suplanté su identidad. Todo lo hice para estar preparado para cuando la profecía se cumpliese. Aún no te he dicho que hay una vieja profecía en la que confiamos todos los rebeldes.

Gustav sacó un viejo papel amarillento de su bolsillo y empezó a recitar calmadamente:

En un oscuro lugar de pentileste hedor,
está encerrado el que de todos será el Salvador.
El Elegido,
un hombre joven, astuto y fornido.
Nos llevará a un lugar
de aspecto natural
A un lugar lejos de esta turbia sociedad
que se olvida en los árboles y la fría humedad
El 15 de marzo de 2157,
despertará el Cubi-ariete
Esperad a que ice la bandera
del futuro libre que nos espera.


- Y entonces pretendes que me crea que soy el Elegido y voy a salvar a todos. Estás loco, creo que eres tú quien debería estar en la celda de aislamiento.

- Pues es lo que intento.

- ¡¿Pues cómo supiste que yo era el Elegido?! Si te das cuenta, podría ser otro. Hay más gente joven y grande como yo.

-Fíjate donde pone: “El 15 de marzo de 2157, despertará el Cubi-ariete. Mira la fecha de hoy en tu reloj.

-(Root tuvo que recoger su mandíbula del suelo de la sorpresa)

-Exacto, estamos a 15 de marzo de 2157 y tú eras el único en estado de criogenización que aún no había despertado. Por eso sospechaba que serías tú. Llevo trazando este plan mucho tiempo, y no dejaré que nada lo eche a perder. De momento estamos en un pequeño callejón, pero Cube es muy grande. Nos podría llevar cuatro meses recorriendo esto a pie, dejándonos expuestos a que nos encuentren y ni siquiera nos encierren y pasen directamente a la pena de muerte. Podríamos usar una antigua red subterránea de ferrocarril que usaban los mineros para llevar y traer minerales. Los mineros iban en los trenes hasta las puerta mayor, que es la única salida de Cube. Como no hay nadie por las vías, podríamos utilizarla para escapar.

Desgraciadamente, al estar abandonada, seguramente la corriente esté cortada y, por lo tanto, tendremos que conectarla de alguna manera. Como es muy difícil llegar hasta el SCC ( Sala de Control del Cubo ) para activar la energía-, tendremos que “tomar prestado” a alguien un generador. Si lo conseguimos, podremos dar suficiente energía como para mover una de las viejas locomotoras. Ahora ya no se usan porque descubrieron gracias a la ciencia una manera para clonar minerales como el hierro, el cobre, el oro o la plata. Sin embargo, podríamos morir, porque, si lo recuerdas, hubo un Cataclismo que destruyó todo, pero la profecía indica lo contrario. Desde siempre el presidente de Cube ha ocultado todo lo referente al exterior, limitándose sólo a hablar de temas locales. Yo ya no sé ni qué pensar. Si estamos aquí y ahora en este mismo instante, es por algo. No sé qué pasará, pero al menos debemos de intentarlo.

-¿Pero tú estás loco? ¿Sabes siquiera lo que estás diciendo?

-Simple y llanamente, se nota que tu criogenización aparte de conservarte, te ha lavado el cerebro. Cube no es tan inexpugnable como nos lo pintan. En mi tiempo libre, me dediqué a observar Cube, ver sus debilidades para fortalecer nuestra huida. Las paredes con el paso del tiempo se están empezando a agrietar. Los Agentes me comentaron en ciertas ocasiones, que la población se está cansando. Tenemos un gobierno corrupto, marcado por la crueldad y la codicia. La gente vive muy mal, pinchada a menudo por el tridente del mismísimo Satán, o Pavlik Petrov para la gente de a pie. Lo peor es que hasta que ese cabrón no se muera, no podremos cambiar a un gobierno mejor. Y como los pagafantas de los científicos, lo conservan usando ciertos métodos que rozan la ilegalidad, sólo para ser los perritos falderos de Petrov. Me da mucha pena vivir aquí, tanta gente como tú, encerrada sólo por querer sobrevivir.

martes, 5 de febrero de 2013

CUBOCEPCIÓN ALTERNATIVA

... Y comenzamos a publicar... "Anónimo", definido por sí mismo como animal bípedo, pero ¡¡Anónimo!! (ni que así fuera a conseguir no ser conocido por sus compañeros) se ha comprometido a presentar cada quince días un capítulo a lo largo de todo el curso. Esperemos que cumpla su compromiso... y esperamos que sea del gusto de todos... Disfrutadlo. Ni que decir tiene que tal y como su autor será evaluado, también los lectores que hagan sus comentarios -siempre respetuosos- se verán valorados.

Capítulo I: Gustav
Corría el año 3159. Una dura voz llega a mis atrofiados oídos. Era un Agente. Ese tipo de gentuza se encargaba de todo lo relacionado con la vigilancia y mantenimiento de Cube. Me informó de mi situación: Un gran cataclismo forzó a la humanidad a refugiarse en Cube, una inexpugnable fortaleza en la que vivimos nosotros, los Supervivientes. Dicen que es el único lugar seguro de toda la Tierra, o es lo que ELLOS nos hacen creer. Después de que me viesen oponer resistencia, inconsciente y cuasi-moribundo, me recogieron y me encerraron aquí. Ya ha pasado un año desde aquel fatídico día. En el módulo M3, celda de aislamiento, estaba yo. Soy un joven de 22 años, de pelo corto y castaño. Soy bastante alto y fuerte. Me llamo Root. Encerrado de por vida por robar a los Altos víveres, armas y su respectiva munición, en el momento del Cataclismo indispensable. ¿Habéis estado alguna vez en la cárcel? Yo sí. Un lugar frío, solitario y hostil, donde la mayor compañía que tienes es un guardia que revisa que todos estemos en nuestro lugar cada hora. Vigilancia no falta. La gente se vuelve loca aquí. Sin embargo, algo no me encaja. ¿Por qué no me dejaron morir? ¿No les habría sido más fácil dejarme allí, abandonado a mi suerte? Sin embargo, hicieron el esfuerzo, en un momento donde sobrevivir era la prioridad absoluta, de llevarme a rastras hasta el tren de huida, que me llevaría posteriormente al Cubo. Es lo que me ha estado dando vueltas a la cabeza desde los cinco días con respecto a la charla del Agente. Había otra cosa más que no encajaba. Ese Agente se comportaba de una manera muy extraña. Como si estuviera cansado, cansado de este sistema en el que vivimos. Era mucho más blando que los demás Agentes, que suelen ser duros y de pocas palabras. Inclusive me dijo su nombre. Se llamaba Gustav, recuerdo. Me espabilé un poco (Es lo que tiene levantarse a las 5 de la mañana, tocaba revisión matutina). Por suerte, le tocaba a Gustav hacer la revisión, hoy no lo pasaría tan mal. Veía a Gustav venir hacia mí. Mientras cavilaba sobre todos los porqués que revoloteaban alrededor de mi cabeza, se oyó una fuerte explosión. Una parte de la pared estalló en mil pedazos, con lo cual las rejas que me mantenían cautivo se soltaron y cayeron al suelo con un estridente sonido metálico. Una bocina comenzó a sonar y una grave voz berreaba por el sistema de radio de la prisión. Esclarecí la mente y alcancé a escuchar lo que decía.

-ALERTA ROJA - decía - SE HA PRODUCIDO UNA EXPLOSIÓN EN EL MÓDULO M3. LLAMANDO A TODOS LOS AGENTES.

Oí la voz de Gustav.

- ¡CORRE, SÍGUEME! - gritaba -
Yo, sin pensármelo dos veces, soportando el dolor de articulaciones que suponía moverse de ese pozo infernal, de una zancada salí y seguí a Gustav corriendo a toda prisa. Rápidamente, antes de que llegaran los demás Agentes, salimos por el conducto de la basura, y caímos en una plataforma de cemento, de la que casualmente habían retirado el contenedor de la basura Menos mal, al menos no empeoró la situación acabando en un montón de restos de comida. Tenía muchas cosas que preguntarle al “Agente” Gustav, sobre todo quería preguntarle si "realmente era un Agente".